Se terminó el campeonato para Belheza. La tercera derrota consecutiva en la zona de cinco, 2-4 con Arruinados, lo condena a tener que esperar el próximo certamen para renovar la ilusión de pelear por cosas grandes. Queda la actitud de este último cotejo, donde hubo entrega y llegadas, pero en el que también se manifestaron los errores que acompañaron al amarillo todo el torneo y que pagó siempre con goles, desventajas tempraneras y en última instancia, con la eliminación.
Belheza hace mucho que no repite formaciones. Esta vez, tuvo que atajar Diego, que aún no se repone de un desgarro que lo tiene a mal traer, en la defensa estuvieron Ricky , Nico y Topi, en el medio campo se ubicaron Lucho, Santi y el Toro, y arriba, Jairo y el Boli. Fue la propuesta que el amarillo pudo poner en cancha, sin recambio como en todo el torneo. Desde afuera miraba Mariano, que sueña con la vuelta al arco en los próximos fines de semana.
En la primera mitad, hubo presencia, entrega y algo de juego asociado, que derivó en al menos tres llegadas claras, con un tiro en el travesaño del Boli incluido. Jairo también dejó pasar una volea en el borde del área y un cabezazo en un córner. Arruinados de a ratos también se arrimaba al arco de Diego, y terminó poniéndose en ventaja por dos tantos pero producto de errores en la marca. Otra vez, la mañana empezaba remando desde atrás. Una imagen repetida de las últimas jornadas, que obliga a Belheza a jugar bajo presión, teniendo que revertir resultados.
La reacción sin embargo llegó en la segunda etapa. Con presión y entrega, el equipo encontró el descuento a través de Jairo, pero otra vez un avance rival halló mal parada a la última línea y se volvía a estirar el marcador. El amarillo estaba partido. Las líneas, muy separadas, y el tiempo que apremiaba llevaba al pelotazo y a las decisiones apresuradas. Así y todo, hubo un nuevo descuento con un cabezazo de Jairo. El Boli probó desde afuera, Santi encabezó algunas patriadas por el centro, pero las piernas flaquearon y Arruinados llegó al cuarto.
Fue el tiro de gracia para las aspiraciones del equipo, que debe llevarse el recuerdo de la actitud y el esfuerzo volcado en estos 50 minutos, para arrancar una nueva etapa, donde se recupere el fútbol que siempre lo caracterizó, con control de pelota, y donde se renueve el compromiso de todos que permita repetir la formación a lo largo de las fechas y hasta incluso tener recambio para algunas posiciones clave. Así se podrá pensar en volver a las etapas de definición que tanto motivan al grupo, cuya unión es la base de cualquier sueño.
